Escondida entre los pinos centenarios del monte Abantos, en San Lorenzo de El Escorial, se erige la Casa Levene, obra del arquitecto Eduardo Arroyo, en colaboración con Francesco Monaco, Javier Tamer y Cristina Fidalgo, y propiedad del también arquitecto Richard Levene.

La Casa Levene es, en palabras de Arroyo, un anti-bosque: los tres brazos en que se articula, a modo de garras que se clavan en el suelo, serpentean entre los árboles en el espacio que éstos dejan libre. El objetivo era infligir el mínimo daño al bosque (sólo se tuvieron que talar siete árboles, enfermos) y, al mismo tiempo, mimetizarse como una criatura más, también viva.

La orografía del terreno marcó también las alturas: la casa, pese a su contundencia, parece flotar. La profusión de árboles obligó a una solución imaginativa, asentando la estructura sobre minipilotes que se hunden en el terreno sin obstaculizar las corrientes de agua que alimentan la vegetación ni colapsar las raíces de los árboles que la circundan. Estos brazos crean un sistema de fuerzas a modo de contrafuertes. Ese exterior se ha revestido de pizarra, de acuerdo con la normativa municipal. En concreto, basalto de Mongolia.

El envoltorio de la casa combina grandes vidrieras, que introducen el bosque como si fuera un panel vegetal en el interior, con piedra en función de la cercanía de los árboles, de sus sombras, su propio volumen y el tipo de estancia.

Vivir y disfrutar

El interior se ha concebido como un juego de volúmenes: de mayor a menor altura, siendo éstos últimos los de carácter más privado. Así, buena parte de la zona superior tiene una función lúdica, con paredes recubiertas de resina epoxi con el amarillo como color predominante. Según se desciende, la casa se vuelve más azul en las zonas de día (cocina y salón) y de noche (dormitorios), que dan a una terraza cubierta. En la parte inferior al salón se ha creado una piscina interior climatizada y un espacio que aúna la zona diurna de cocina y comedor.

La cocina, de la serie b3 de bulthaup, es enteramente de acero inoxidable, desde el mobiliario hasta las paredes y encimeras, a modo de una segunda piel. La propuesta incluye una iluminación que recorre las paredes sin luces suspendidas. El gran ventanal abierto al jardín integra este original espacio en el bosque y aporta luz natural a raudales.

La contundencia de la casa también se percibe en el interior: su arquitectura es también decoración interior, si bien se han elegido acabados más suaves, de tonos anaranjados y azulados que se combinan con mobiliario, lámparas y complementos integrados. El resultado es un espacio limpio, casi desnudo, donde todo parece posible y no se necesita más que el bosque que la rodea y también decora a través de las paredes de cristal.

bulthaup Partner: bulthaup Madrid, Galera
Proyecto de Arquitectura: Eduardo Arroyo (No.mad Arquitectos), en colaboración con Francesco Monaco, Javier Tamer y Cristina Fidalgo.
Constructora: Santamaría-Ayuso
Fecha construcción: 2002-2006
Superficie: 400 m2
Ubicación: Monte Abantos, San Lorenzo de El Escorial, Madrid.

 

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