Concentrarse en lo esencial: ningún detalle innecesario distrae la mirada del observador a la mano del cocinero.

Los amantes de la buena cocina lo saben ya desde hace tiempo: una buena comida no se mide por el número de ingredientes empleados. En realidad basta con unos pocos ingredientes selectos para que un plato se convierta en una fiesta para los sentidos. “En la sencillez y el ennoblecimiento se encuentra la riqueza“, reza un proverbio del filósofo chino Lao Tse. Un principio fundamental tanto en la buena cocina como en el buen diseño.

Pero, ¿cómo se puede simplicar y ennoblecer objetos cuya concepción ya se basa en un credo consecuentemente minimalista? Esta cuestión ha ocupado a muchas generaciones de diseñadores, y sus respuestas siempre suscitaron intensos debates en todas las épocas.

El bulthaup b3 monobloc, lleva íntrísicamente estos dos conceptos, una obra de arte funcional y un placer para los sentidos.

Suave y refulgente, de una elegancia discreta, compacta y casi mágica, atrae todas las miradas.

Su carácter puro y minimalista garantiza su contemporaneidad incluso después de muchos años.

Desde lejos, su espléndida silueta semeja una escultura o un hermoso elemento arquitectónico; de cerca se revela como una innovadora isla de cocción. Su lenguaje estético se reduce

a lo esencial, renuncia a cualquier detalle que pueda distraer la mirada del observador o la mano del cocinero.

Cada bulthaup b3 monobloc es una obra única realizada por encargo. Se diseña em función de las exigencias del usuario y de la arquitectura particular del espacio para que las proporciones resulten armónicas. Así, las medidas del cuerpo se pueden elegir libremente, y tanto módulos como color y material de los frontales pueden escogerse de entre toda la gama b3.

Es una cuestión de gustos: las puertas y extraíbles de madera, aluminio, laca o laminado, crean un bello contraste con el cuerpo de acero inoxidable, pero también los frontales de acero inoxidable acentúan el carácter escultural del monobloc. Según las necesidades del usuario es posible integrar diferentes funciones, como por ejemplo una zona de cocción o ambas.

El monobloc representa una solución arquitectónica que trasciende su función como mera área de trabajo: es un elemento fundamental en el diseño del espacio vital de la cocina, la transforma en un centro de comunicación y convivencia eliminando la separación entre vivir y cocinar.