Diseñar significa buscar con pasión la esencia de las cosas. Mediante la depuración de las formas se intensifica la comunicación entre hombre y objeto.

La gente me pregunta a menudo por qué utilizo en mis diseños sólo formas geométricas elementales: la cámara Optima con el sensor rojo no es más que un paralelepípedo rectangular, la forma circular predomina en la lámpara Orbis, la forma de la Orion es un clarísimo cilindro, los sistemas de cocina muestran tan sólo superficies cuadradas y rectangulares.

Pues bien, yo diseño así por convicción. Para mí, lo más importante no son los valores y criterios estéticos, sino éticos, no sostengo que los objetos diseñados conforme al canon de las formas geométricas elementales tengan, por ese mismo hecho, mejor aspecto o posean mayor calidad estética. Simplemente, los considero más apropiados para crear un entorno diseñado con sentido práctico y que propicie una mayor calidad de vida. Ése es el tema que a mí me interesa.

Este credo creativo es mi respuesta a la estimulación exagerada a la que nos vemos expuestos constantemente. No sólo en la calle, también dentro de los edificios estamos rodeados por una miscelánea de objetos más mal que bien diseñados, los cuales, en su efecto total, producen un permanente desasosiego visual. La claridad, la calma y un orden capaz de dar orientación son cosas cada vez más raras.

A mi juicio, no se trata en realidad de un problema estético, sino de un problema antropológico de carácter más profundo. Para que un ser humano pueda tener calidad de vida y sentirse seguro en el mundo y en casa, se necesita que lo rodee una atmósfera positiva. La constitución de esa atmósfera se ve impedida de forma persistente por el complejo entorno de objetos heterogéneos e informaciones desordenadas que nos circunda. Así, una necesidad esencial del hombre queda insatisfecha. Imposible sustraerse a esa atmósfera negativa que nos afecta por multitud de canales y que se vive y se asimila en gran parte de forma inconsciente. Su efecto sobre el estado de ánimo de las personas es de largo alcance.

Gracias a las investigaciones del psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi sabemos que todo objeto que capta nuestra atención extrae de nosotros cierta cantidad de energía física y psíquica. Dado que el hombre sólo dispone de un potencial energético limitado, la consecuencia natural de esa permanente sustracción de energía es el agotamiento físico y psíquico; hoy en día, ese fenómeno se denomina “burnout syndrome” (síndrome del desgaste total). En este sentido, no se puede negar que el diseño le corresponda cierta significación antropológica.

Ahora bien, es un hecho que no sufrimos ningún síndrome de desgaste total colectivo. Ello se debe a que de las imágenes y los objetos diseñados adecuadamente también revierte al espectador una porción de energía positiva. En el caso ideal se llega a generar un flujo en la interacción comunicativa entre hombre y objeto que conduce a un sentimiento que  Csikszentmihalyi ha llamado “flow experience”, un estado de motivación continuo e intenso. “Se trata de una experiencia armoniosa en la que el cuerpo y el espíritu interactúan sin esfuerzo y que produce  el sentimiento de que con uno está pasando algo extraordinario”, explica Csikszentmihalyi. En otras palabras, una intensa relación del individuo con el que está haciendo o con las cosas de su entorno –el grado óptimo de comunicación.

Semejante tipo de comunicación intensa entre seres humanos y objetos, sin embargo, sólo se produce si se logra establecer una relación esencial con las cosas. Ello por su parte, es posible sólo si las cosas mismas son esenciales, es decir, si se pone de manifiesto su verdadera esencia. Crear objetos así exige concentración por parte del diseñador. Debe expresar la esencia de las cosas descartando todo lo inesencial, lo cual no significa que debe renunciar a la ornamentación, sino que sólo lo debe hacer si así lo pide la esencia del objeto.

Herbert Schultes. Diseñador nacido en Friburgo, ha diseñado desde fijaciones de esquí para la empresa Marker y sistemas de cocina para bulthaup hasta un restaurante para un ICE de alta velocidad de los ferrocarriles alemanes. Se dio a conocer como responsable del Manual de Diseño Corporativo de Siemens. Durante muchos años fue diseñador jefe de la compañía. Al lado de su trabajo creativo Schultes se dedica también a la enseñanza. Creó el programa de estudios de Diseño industrial de la escuela Superior de Múnich y enseñó en la escuela de diseño de Colonia. Su compromiso con el diseño alemán lo ejerce también como miembro directivo de varias organizaciones.