La pareja escandinava que se decidió a establecer su segunda residencia junto al mar llegó a Marbella ansiando la luz y el calor. Depositaron su plena confianza en el arquitecto Guillermo Priego Iribarnegaray para crear una vivienda que aunara ese anhelo con las circunstancias concretas del emplazamiento y del clima local. Así surgió un espacio que juega con el sol directo y la luz filtrada, con lo visible y lo privado, con el exterior y el interior, alcanzando un perfecto punto de equilibrio.

El uso de blanco, negro y grises sugiere un guiño a la primera modernidad, reforzado por los potentes ejes geométricos del gran espacio común que reúne las zonas para estar, comer y cocinar. Una presencia clave en este juego de tonos y geometrías es la cocina bulthaup: un potente monoblock b3 en aluminio gris con encimera de acero inoxidable contra el discreto telón de fondo de unos muebles columna acabados en lacado blanco mate. Las calderas de la nave, el motor del punto de encuentro.

Este espacio diáfano es el imán que va atrayendo a los propietarios con sus hijos, amigos y nietos al desayunar, al llegar de la playa, al volver de la piscina, al sentarse a charlar a la caída de la tarde, y a decidir cómo preparar el pescado comprado por la mañana, con las grandes puertas correderas abiertas al patio, dejando pasar la brisa del mar.

bulthaup Marbella

M2: 40
Arquitecto: Guillermo Priego Iribarnegaray, estudio OAM106.
Lugar: Urbanización Bahía de Marbella.
Fotografa: Valeria Samman
Fecha Instalación: Sept 2014.