Linda Loppa. Estilo y Talento

3 may 2014 Perspectivas

|

The Antwerp Six ( Ann Demeulemeester, Bernhand Willhelm, Dirk Chönberger, Dries van Noten, Stephan Scheneider, Veronique Branquinho) es un grupo de influyentes vanguardistas diseñadores de moda que se graduaron en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes entre 1980 a 1981. En la Academia les enseñaba Linda Loppa.

Cada individuo nace con una cuota de talento. Depende de muchos factores si la chispa divina se extingue con el curso del tiempo o se desencadena un fuego creador.

Cuando se observa jugar a un niño, se es testigo presencial de lo que es el talento. Los adultos por lo general ya no disponen de la creatividad y la riqueza de imaginación de los niños. Puede afirmarse, por tanto, que casi cualquier persona nace con una porción de talento creador. A menudo desaparece durante la pubertad o un poco después, cuando el adolescente se vuelve adulto. Es muy probable que un gran número de personas simplemente sea condicionado por las reglas que les impone la sociedad.

En la enseñanza, el comportamiento creador y la rebeldía con frecuencia se castigan. Los alumnos insubordinados son tratados con mano férrea. En la clase de educación artística, la expresión de emociones se estimula y anima, experiencia que para los jóvenes constituye una verdadera revelación. El talento que culmina en rebelión busca expresarse de forma creadora en el deporte, la literatura, el arte, la música, la danza, el teatro. Dependiendo de la resistencia quue encuentre esta expresión, el joven puede caer en una espiral de decepción y fustración. Una gran cantidad de talento se derrocha de esta manera en nuestras sociedades.

El talento necesita ser atendido en el momento oportuno; pasado ese momento el talento de apaga. El mito del talento extraordinario que sin el menor apoyo logra sobreponerse a las circunstancias más adversas muy rara vez se produce en la realidad. Deberíamos tratar mejor al talento e informarnos cómo se reconoce y fomenta.

Algunos tienen suerte y encuentran a tiempo una estructura que ayuda, guía y refuerza su propia manera de expresarse. Otros reciben el apoyo de unos padres con vena creadora. También las escuelas de moda se han convertido en refugios de una creatividad a menudo desbordada. La moda puede ser un medio maravilloso de expresión de talento. Pero la realidad es para muchos un hecho difícil. Por eso debe haber personas capaces de percibir el talento creador, de estimularlo y de guiarlo.

Aquí precisamente comienza la labor del maestro. Debe entrar en el mundo del joven diseñador. La relación entre estudiante y maestro. A las informaciones recibidas del alumno les imprime una dirección. Expresa su modo de percibir y su opinión, interroga contínuamente los dibujos, diseños o productos de los estudiantes. Todo ello se realiza a través del diálogo. El maestro manifiesta lo que ve y ayuda de esta manera al estudiante a tomar sus propias decisiones. Este diálogo contínuo, la confrontación intensiva con el trabajo del creador, refuerza la personalidad del estudiante y lo prepara para la crítica.

Hay una especie de hilo fronterizo. Es preciso traspasar ese límite. No puede obligarse a nadie a traspasarlo, ni siquiera a uno mismo. Es de gran valor reconocer los límites del propio talento, y cuanto más pronto, mejor. En algunos estudiantes, las misma resistencia provoca el impulso que los hace superar el obstáculo.

El gusto es otra categoría y por lo pronto no tiene nada que ver con la creatividad. El gusto no siempre puede ser evaluado. La habilidad y el gusto van de la mano. Si un producto, por ejemplo, un vestido, está bien hecho, ello puede hacer del mal gusto una cosa interesante. El talento lleva en sí el ansia de renovación, y renovación no siempre significa reconocimiento. La excentricidad puede muy bien resultar repelente. El gusto es una convención basada en la educación, las emociones y la cultura, y no siempre es mesurable; la calidad, por su parte, siempre se puede medir, y por ello ambas cosas deben mantenerse a toda costa en equilibrio.

La imagen es el portador del talento. La imagen se origina mediante la fusión de los talentos de fotógrafos, técnicos faciales, diseñadores, musas,modelos y artistas gráficos. Piénsese en Paolo Roversi y Romeo Gigli, Helmut Newton e Ives Saint Laurent, Steven Meisel y Gianni Versace. Las imágenes transmiten un mensaje, y este es uno de los resortes más importantes para un diseñador.

El éxito necesita un suelo fértil: la estrategia correcta y una estructura empresaria eficaz. También forma parte del talento del diseñador saber reconocer el momento adecuado y desarrollar la estrategia correcta. El diseñador es un artista que sabe cuándo el público está dispuesto a recibir señales que él desea emitir. En ocasiones, estas señales llegan demasiado pronto y alcanzan sólo un público reducido, pero el público crece poco a poco si el diseñador afina, refuerza y desarrolla sus señales. El mundo real es inexorable y hará una selección. Una estructura empresarial firme propicia un ambiente donde la creatividad pueda florecer.

Formación profesional, visión, habilidad técnica, discliplina y estrategia son las palabras clave en la promoción del talento. Y la estructura empresarial es la clave del éxito a largo plazo.

El talento es como una esponja llena de conocimiento. Incluso en el caso de que esa esponja sea exprimida como un limón en el curso de una carrera, el talento será capaz de recargarla una y otra vez con las estrategias provenientes de una buena formación profesional, y la esponja nunca se secará.

Linda Loppa. Es la directora del departamento de Moda de la real Academia de Bellas Artes, institución en la que ella misma estudió diseño de moda y donde da clases desde 1981, se debe gran parte del éxito internacional que han cosechado los diseñadores de Amberes desde hace más de una decena de años. Loppa ha enseñado el oficio a un gran número de diseñadores de éxito. Ello probablemente tenga que ver con el hecho de que Loppa conoce todas las facetas del negocio de la moda. Trabajó como diseñadora, como agente de compras de moda masculina y fue la primera en vender en la Bélgica de los años 70 moda vanguardista italiana y francesa. Linda Loppa es miembro fundador del Flanders Fashion Institute (FFI) y jefa del museo de moda adjunto, MoMU, inaugurado en septiembre del 2002. Aquí organiza, paralelamente su actividad docente en la Academia y sus conferencias en las capitales mundiales de la moda, por ejemplo, la exposición „A Geography of Desire“ de los curadores invitados Philippe Pirotte y N’Gone Fall.

Os invitamos a ver el vídeo: Are you ready for change? Linda Loppa.