Mallorca es una isla de enorme variedad, con actividades, visitas y paisajes para todos los gustos. La posidonia que habita en los fondos marinos, la declaración de áreas protegidas y el difícil acceso han conseguido conservar playas y calas en su estado más natural. Pero las miras de quien pasa tiempo en la isla no solo están puestas en el mar: en el interior de La Tramontana puede descubrirse un mundo íntimo de pueblos tranquilos y ensimismados, con excelentes restaurantes de chefs venidos de todo el mundo buscando la paz y el resguardo de esas montañas.
“La diversidad de la gente de Mallorca la hace única y auténtica” nos explica uno de nuestros bulthaup partners en Palma de Mallorca, Marc Nicolau.
La cocina de la isla es genuinamente mediterránea, y se puede degustar en los Cellers, nombre hoy muy extendido pero que originariamente se utilizaba solo para designar los restaurantes tradicionales de Mallorca, que a menudo ocupan los sótanos donde antiguamente se elaboraba el vino.
Cuando le pedimos a Marc que nos sugiera un Celler, se decanta sin duda por el de Santi Taura (ambos en la fotografía número 3 de la galería). Este joven chef, ampliamente reconocido en la isla y con ya tres restaurantes en distintos pueblos, tiene un concepto particular de la cocina: simple y atractivo.
Amante de Mallorca y de sus ingredientes, tradiciones, recetas y paisajes, Santi Taura es, ante todo, un artesano de la cocina. Un cocinero de oficio. Además de en el Celler, Taura ofrece sus sabores particulares en un restaurante en el pueblo de Lloseta y en el Urbà, su último y más innovador proyecto en el centro de la capital.


“Todos merecemos ir por lo menos una vez en la vida a Mallorca”, asegura Marc Nicolau. “No hay lugar en el Mediterráneo que reúna arenas blancas, calas espectaculares, gastronomía exquisita, hoteles con tanto encanto y noches aptas para todos los públicos”.




Para quienes nos anima y divierte el mundo gourmet, no hay nada mejor para conocer un lugar que visitar sus mercados y mercadillos. En Mallorca existen muchos donde se pueden encontrar verdaderas joyas de la tierra.
En los últimos años, cuenta Marc Nicolau, “el barrio del Mercado de Santa Catalina ha ido adquiriendo un ambiente joven y diverso que ha aumentado la actividad comercial y desarrollado una oferta variada y atractiva que incluye servicios de restauración.”
Nuestro partner en la isla nos recomienda visitar “La Coquería”, un espacio gastronómico que ocupa la parada 13 del mercado. Tal como aseguran sus propietarias, Maria Solivellas y Katja Wöhr: “Las cocas se comen con las manos, se improvisan, se comparten, se pasean... Son cocina de calle, comida que rula. Con nervio, con carisma, con garra. Nunca de moda: siempre contemporáneas.” Se sirven con una limonada exquisita o leche de almendras. Imprescindibles.




Y si usted es de los aficionados a llevarse a casa los productos de la zona, Marc nos recomienda tres, que también incluyen paseos:
- “Coja un tour para ver las numerosas viñas y visite algunas de las docenas de bodegas de la isla, cuya calidad se aprecia en los premios obtenidos en concursos internacionales. Disfrute de la degustación del vino y llévese a casa una botella… o dos”.
- Otro de los productos estrella de la isla es el aceite. “Refinado, elegante y muy frutal. Todo un lujo para saborear en crudo”, asegura Nicolau.







- “Si visitas la isla en verano puedes participar de la cosecha de las sales “Flor de Sal d’Es Trenc", una de las mejor valoradas por los chefs.” Flor de Sal es la sal marina más pura. Hay que contar con unas condiciones meteorológicas muy específicas para que esta aromática sal rica en minerales cristalice en la superficie del agua de las balsas de las salinas: mucho sol, una suave brisa y un bajo índice de humedad del aire. Así se crea una fina capa de cristales con forma de flores que se recoge con rastrillos siguiendo una antigua tradición artesanal. Tras el secado, la sal se mezcla con hierbas mediterráneas, especias, rosas o aceitunas negras, para luego envasarla y enviarla a tiendas gourmets y restaurantes en todo el mundo.




Para acabar, nos sugiere coger un barco para recorrer la isla desde el mar. “El Rossina di Mare es una opción que le permitirá disfrutar del mar a bordo de un exclusivo velero clásico de 20 m diseñado por Sparkman & Stephens y construido en el astillero italiano Cantiere Navale Costaguta en 1961”. Esta magnífica embarcación tiene todo lo necesario para convertir la experiencia en única e inolvidable, con un aire de otros tiempos más sosegados.




Agradecemos la disposición de Marc Nicolau de bulthaup en Palma de Mallorca.




 










 




•